Procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa).

En primavera protege a tu perro de las procesionarias de pino, orugas con pelos urticantes tóxicos que producen importantes reacciones alérgicas. ¡Evita las zonas de pinos!

En primavera con la llegada del buen tiempo proliferan los parásitos externos como pulgas, garrapatas y peligros para tu mascota como el mosquito Phlebotomus que transmite la leishmaniosis o la oruga procesionaria de pino, la plaga más importante en los pinares mediterráneos, aunque también ataca a cedros y abetos. Con la llegada de la primavera, entre febrero y abril, aparecen las orugas procesionarias, un peligro para personas y animales por estar cubiertas de pelos urticantes tóxicos que se desprenden y flotan en el aire, provocando reacciones alérgicas y urticaria. Por eso, en esta época evita acudir con tu perro a zonas de pinos.

Las orugas en fase de larva están recubiertas de pelos urticantes tóxicos que al contacto, los pelos se desprenden y flotan en el aire, provocan alergias y urticaria, un peligro para nuestras mascotas. Si el perro se acerca directamente al gusano o a los rastros que deja por el camino puede producirle lesiones en boca, lengua, encías y paladar. Al clavarse en la piel liberan una toxina muy peligrosa (Thaumatopina), sobre todo si se clavan en la lengua o en la laringe, pudiendo llegar incluso a la muerte del animal en caso de ingestión por ataque tóxico de los de las vías respiratorias..

¿Cómo es el ciclo vital de la procesionaria?

Las mariposas de procesionaria aparecen en verano, se reproducen y la hembra pone huevos en las hojas de los árboles. Las orugas nacen a los 30-40 días de la puesta, entre mediados de septiembre y de octubre, y para pasar los meses de frío construyen como refugio nidos de seda. Al finalizar el invierno y con la llegada de la primavera, entre abril y mayo, las orugas descienden al suelo formando una fila como una procesión, de ahí su nombre, Procesionaria. En la fase final de su desarrollo crisálidas dentro de un capullo y en verano surgen las mariposas dando lugar a un nuevo ciclo. .

La única forma de evitar el peligro de contacto es no acudir en esta época (febrero-mayo) con tu perro a zonas con pinos. Si en la zona de tu vivienda hay pinos debes saber que hay medidas para acabar con las plagas de orugas procesionarias como insecticidas, trampas con feromonas, romper los bolsones de seda, etc..

¿Qué hacer si mi perro entra en contacto con la procesionaria?

Si ves que tu perro toca una de estas orugas, o por los síntomas que presenta crees que ha podido hacerlo, ten muy claro que estás ante una urgencia veterinaria por lo que tienes que actuar con rapidez, puesto que de esto dependerá el éxito del tratamiento. Lava con agua templada y jabón las zonas que han estado en contacto con la oruga, pues de esta forma se inactiva el tóxico que liberan los pelos urticantes y se pude minimizar el daño. Acude inmediatamente al veterinario donde evaluarán el estado del perro y decidirán toda la terapia necesaria. La secuela más frecuente es la necrosis y pérdida de la parte de la lengua que ha estado en contacto con el tóxico. Afortunadamente, si el trozo que se pierde no es muy grande, el perro se acostumbra rápidamente y puede comer y beber con normalidad.

¿Cuál es la mejor prevención?

Lo mejor para evitar un accidente, es no pasear por zonas de pinares durante los meses de primavera o desde que las temperaturas empiezan a superar los 10 ºC hasta el verano. Si tienes pinos en casa y observas los nidos durante el invierno, retíralos y quémalos. No los toques directamente con las manos pues la bolsa también puede producir alergia. Si observas plagas de nidos en zonas naturales, avisa a las autoridades para que tomen las medidas oportunas.